Nuestro pequeño Panda, cruce de Border Collie, fue un regalo para una niña que hacía su Primera Comunión y cuando una historia comienza así no siempre tiene un final feliz... Panda no era eso: un peluche de este tipo de oso tan característico y adorable, él es un ser vivo y tiene sus necesidades y cuidados y, claro, ya no resulta tan bonito... Como cachorro que es, le gusta jugar, investigar, correr, comer, dormir,... y, como buen Border, necesitará actividad física pero con él vivirás aventuras y momentos inigualables y felices. Para adoptarle, envíanos tu cuestionario de pre-adopción que encontrarás en su ficha. Lo/M