La historia se repite pero con otros protagonistas: Era el día de Nochebuena y Golondrina estaba a punto de tener a sus bebés, hacía frío y debía de encontrar pronto un lugar donde refugiarse para el gran momento. Encontró una casa abandonada, al igual que el pesebre, y allí se metió y tuvo a sus 4 cachorritos: 3 perritas y 1 perrito. Pero no había ninguna mula ni ningún buey que les hicieran compañía ni les dieran calor... Cuando el dueño de la casa descubrió lo que allí había quiso echarlos, le daba igual el estado de desnutrición de la madre y los recién nacidos. Llegó a oídos de una persona lo que pretendía y pidió ayuda para esta familia a través de las redes sociales que, gracias a eso, los 5 ya están a salvo y en espera de un hogar de verdad sin frío ni escombros. Golondrina, además de ser una madraza, es buena, cariñosa y sumisa, dale ese calor y cariño que nunca tuvo y te lo agradecerá toda su vida. MA/M