Roxy vivió toda su vida escondida, teniendo camadas una tras otra. Llegó a su casa de acogida con un miedo atroz, temblando continuamente, incapaz de salir de su camita, ni para comer, beber, ni siquiera para hacer sus necesidades, aprendió sin ningún problema a hacerlas en un empapador, pero su terror era tal, que las hacía cada 24 horas. Poco a poco fue perdiendo ese miedo, empezó a relacionarse, ir saliendo de su camita, a desplazarse por la casa, salir al patio. Paulatinamente ha ido cogiendo confianza, poco a poco. Es una perrita muy cariñosa, buena, mimosa, le encantan las caricias. Es un verdadero amor. Como abuelita que es, le encanta estar tranquilita junto a tí, echa un rollito en el sofá, cuando te marchas y vuelves te recibe con alegría. Te gustaría conocer a Roxy? Tal vez te enamores de ella y quieras que sea tu compañera ideal. AG/M